Las diferencias fisiológicas entre mujeres y hombres son un hecho. La inquietud científica y en interés práctico nos empujan a conocer la influencia de esas diferencias a la hora de realizar actividades en altas cotas.
Uno de los momentos en que más consciente fui de ello tuvo lugar hace varios años, cuando germinó la idea de formar un grupo exclusivamente de mujeres de cierta edad que emprendiera actividades de montaña.
Tomó el nombre de Marimendi, y tuve el honor de participar en algunos de sus primeros pasos.
Realizamos reconocimientos de aptitud para el ejercicio, análisis de la capacidad de esfuerzo físico, estudios de composición corporal, y también preparamos algunos consejos específicos para ellas.
Porque las diferencias entre hombres y mujeres deben ser contempladas, si queremos tener más posibilidades de disfrutar del reto montañero.
Tengo la suerte de contar con la amistad de Conxita Leal. Mujer, montañera y médica. Experta en el tema.
De su mano, y del documento de consenso que redactó, junto con otras autoras, para la Unión Internacional de Asociaciones de Alpinismo, comenzaré compartiendo algunas de las conclusiones de dicho estudio sobre la mujer en altitud.
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